El propietario del centro explicó que fue el mismo geriátrico quien alertó "rápidamente" a la policía autonómica de los hechos, tras comprobar que la última vez que el hijo se la llevó del centro -según el dueño el hombre se la llevaba a casa de la propia madre-, la mujer regresó llorando, en un "estado deplorable" y con evidencias de haber sufrido abusos.
El propietario de 'Sol de Tardor', ubicado en el barrio de Sant Gervasi, cuestionó que los presuntos hechos pudieran haber sucedido dentro de la residencia porque "la mujer compartía habitación, no hay llaves para cerrar las habitaciones y las enfermeras están continuamente entrando y saliendo".
Una residente del centro explicó que cuando conoció al hombre ya pensó que era "un poco raro". Una mujer, que tiene a su suegra en el geriátrico, también advirtió que algo pasaba. "Ese hombre era agresivo, violento, no era normal, ya nos lo esperábamos, y creo que hace poco echaron a una enfermera por su culpa", añadió.
El dueño del geriátrico también explicó que el hombre acostumbraba a visitar a su madre cada tarde, de lunes a sábado, y se la llevaba "cuando hacía buen tiempo". El hijo tenía la tutela de su madre.
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